Los pavimentos antideslizantes son una solución ideal para garantizar seguridad y funcionalidad en cualquier estancia de la vivienda, desde interiores como baños y cocinas hasta exteriores como terrazas y alrededores de piscinas. Estos suelos están diseñados para aumentar la fricción y prevenir caídas, incluso en presencia de agua, aceites o humedad, combinando estética y practicidad gracias a los avances tecnológicos en materiales cerámicos.
En interiores secos, como salones o dormitorios, los suelos con una clasificación baja de resistencia al deslizamiento, como R9 o Clase 0 según las normativas española y alemana, son suficientes. Estas baldosas ofrecen seguridad básica sin comprometer la facilidad de limpieza. Para zonas húmedas del interior, como baños y cocinas, se recomiendan pavimentos con una resistencia moderada, como Clase 2, R10 o R11. Estos niveles aseguran protección contra resbalones en áreas donde el agua es frecuente, manteniendo un equilibrio entre seguridad y mantenimiento.
En espacios exteriores o de alto riesgo, como terrazas, balcones o bordes de piscinas, es crucial optar por suelos con alta resistencia al deslizamiento, como Clase 3, R12 o R13. Estas clasificaciones garantizan seguridad frente a condiciones climáticas adversas y superficies constantemente mojadas. Materiales como el gres porcelánico antideslizante son ideales por su durabilidad, impermeabilidad y capacidad para resistir la intemperie sin decolorarse ni deformarse.
Entre los materiales más recomendados, el gres porcelánico destaca por su versatilidad y resistencia, especialmente en versiones texturizadas como R11 o R12, perfectas para exteriores y zonas húmedas. La cerámica esmaltada, con clasificaciones R10 o superiores, ofrece variedad estética para interiores6. Además, innovaciones como la tecnología Nanoker permiten superficies antideslizantes suaves al tacto, duraderas y fáciles de limpiar, manteniendo la tonalidad original de las piezas y siendo ideales para combinar interiores y exteriores en un diseño homogéneo.
A la hora de elegir, considera el contexto de uso y las condiciones ambientales de cada espacio. Para viviendas, un suelo C2 es adecuado en baños y cocinas, mientras que un C3 es imprescindible en piscinas y terrazas. También es importante valorar la facilidad de limpieza: las superficies más rugosas (R12 o R13) pueden ser más difíciles de mantener, aunque las nuevas tecnologías han reducido este inconveniente con acabados suaves pero seguros. Optar por pavimentos antideslizantes no solo protege a tu familia, sino que también aporta estilo y funcionalidad a cada rincón de tu hogar.
POLVERO JOSELE
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